LA IMPORTANCIA DE LA SALUD MENTAL MATERNA

A propósito del día mundial de la Salud Mental Materna celebrada el pasado 6 de mayo del presente año 2020. Los trastornos del ánimo y de ansiedad prenatal y posparto son más frecuentes de lo que imaginamos. Al menos un 20% de las mujeres presentan depresión o ansiedad durante el embarazo y el primer año después del parto, por lo menos 700,000 de estas mujeres se enfermarán, habitualmente se evalúan a las mujeres para determinar posibles padecimientos como diabetes gestacional, hipertensión, riesgo de tener un bebé con alguna malformación u otro padecimiento de cuidado, sin embargo no es común la evaluación por riesgo a padecer depresión perinatal el cual ocurre en 1 de cada 5 mujeres. Los términos prenatal (durante el embarazo) y posparto (después del nacimiento) también se utilizan para describir exactamente cuándo se presentan estos trastornos.

Durante el embarazo los trastornos del ánimo y de ansiedad se enfatizan principalmente debido a la gran carga hormonal a la que el cuerpo se enfrenta que su vez afectan las sustancias químicas del cerebro llamadas neurotransmisores. Las crisis existenciales que generan estrés como por ejemplo un embarazo inesperado, falta de empleo, la infidelidad del esposo, pérdidas anteriores, falta de apoyo familiar, problemas financieros, aislamiento social, una enfermedad, duelo no resuelto, entre otros, son factores importantes y que también tendrán efecto negativo sobre el estado de la salud mental de la madre ya que durante el embarazo los trastornos del ánimo y de ansiedad  desarrollan un comportamiento muy distinto al de otros trastornos debido a los cambios hormonales.

Tanto el embarazo, el parto y el puerperio, asimismo como los primeros años de crianza conllevan cambios biológicos, físicos y emocionales en la madre que pueden desencadenar un trastorno mental mientras que las características presentadas son confundidas o menospreciadas ya que de por sí el embarazo conlleva cambios que muchas veces pasan desapercibidas o son invalidadas ya sea por la carencia de información acerca de síntomas a identificar para diagnosticar y porque muchos de estos síntomas del embarazo son similares a los de la depresión. Dentro de los trastornos más frecuentes están: depresión, ansiedad, trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno de pánico, psicosis, trastorno por estrés postraumático y trastorno bipolar I o II. Es importante destacar que los síntomas y su gravedad pueden cambiar durante el curso de la enfermedad,  asimismo se debe tomar muy en cuenta los antecedentes personales y familiares como un factor de riesgo pues existen familiares que padecen trastornos mentales sin embargo no son diagnosticados ni mucho menos tratados.

La depresión y la ansiedad durante el embarazo son caracterizadas por tristeza, culpa, inutilidad, desesperanza, irritabilidad, falta de interés (placer o alegría), preocupación excesiva o miedo, alteraciones en el sueño y del apetito.

Es importante resaltar que el tratamiento debe aplicarse en caso de que los síntomas de la depresión o la ansiedad interfieren en la vida cotidiana de la madre, el tratamiento puede incluir  la combinación de intervención terapéutica y medicación (muchos medicamentos son aceptables durante el embarazo, es importante consultar con un profesional de la salud que esté familiarizado con estas investigaciones actuales, si ya está tomando medicación no interrumpa el tratamiento sin antes consultar con su médico de cabecera.

Por otro lado quisiera destacar lo que se conoce como  Melancolía del embarazo o posparto o babyblues (siglas en inglés) el cual se caracteriza por cambios en el estado de ánimo, llanto, tristeza, falta de concentración y preocupación, olvido, etc, esto es causado por el estrés físico y emocional debido al parto, los cambios hormonales, por el miedo a enfrentar las responsabilidades al convertirse en madre y reconocer que la vida le ha cambiado considerablemente. Es importante resaltar que el 80% de las madres lo padecerán y que comienza alrededor de la primera semana posparto y dura aproximadamente tres semanas.

La depresión y ansiedad posparto es padecida por el 15 y el 20 por ciento de las madres y puede presentarse en cualquier momento durante el primer año y se caracteriza por tener sentimientos de agobio, tristeza, desesperanza, sentimientos de culpa, alteraciones en el sueño, irritabilidad, preocupación excesiva, miedo, alteraciones alimenticias, problemas de vinculación con el bebé (puede que se sienta confundida sobre lo que siente hacia el bebé, esto quiere decir si lo ama o siente rechazo), entre otros.

Referente al tratamiento de la depresión y ansiedad posparto se debe realizar con terapia psicológica (es importante considerar la integración a grupos de apoyo con otras mamás) y medicación (médico psiquiatra con experiencia en trastornos perinatales).

El trastorno obsesivo-compulsivo lo padecen hasta el 9 por ciento de las nuevas madres y más del 38 % padecen también depresión. Este trastorno es caracterizado por pensamientos repetitivos o imágenes inoportunas muchas veces relacionados con matar al bebé o lastimarlo, estos pensamientos pueden venir acompañados con comportamientos que en teoría le ayuden a disminuir la ansiedad como por ejemplo esconder los cuchillos de la casa, asimismo como limpiar o verificar si se puede contaminar con gérmenes y demás.

El tratamiento debe ser combinado con intervención psicológica y psiquiátrica, es substancial incluir psicoeducación, es importante destacar que no es recomendable integrar en grupos de apoyo a las madres que padecen trastorno obsesivo-compulsivo hasta que esta se sienta menos vulnerable pues escuchar temas que eleven la ansiedad no facilita desde el principio el tratamiento.   

La psicosis es una enfermedad muy grave y que debemos prestar atención ya que la persona pierde el contacto con la realidad pues esta se caracteriza por ver, oir y sentir cosas que otros no perciben como por ejemplo recibir mensajes secretos desde la TV o radio, asimismo pensamiento delirante acerca de la muerte, negación del nacimiento o necesidad de matar al bebé, sentimientos de confusión, paranoia, manía, etc. Esta enfermedad suele presentarse de repente durante las dos primeras semanas después de dar a luz, tiene una tasa de suicidios del 5 por ciento y de infanticidio del 4 por ciento.

Tratar la psicosis es de vital importancia ya que la medicación para este tipo de trastornos será el protagonista del bienestar de la madre junto a un acompañamiento psicológico con profesionales de la salud mental con experiencia en trastornos perinatales y especialmente tratando psicosis posparto, es importante educar a la madre (los familiares también) cuando esté menos sensible sobre lo que le ocurrió e incluirla en grupos de otras madres que les haya ocurrido lo mismo.

El trastorno por estrés postraumático puede producirse luego de que la madre sea víctima de un evento que ponga en riesgo su vida como por ejemplo un parto traumático, abuso sexual, un accidente, entre otros. El trastorno por estrés postraumático es caracterizado por ansiedad extrema, revivir acontecimientos traumáticos pasados, pesadillas, etc.

Con relación al tratamiento se debe valorar el caso para definir si necesita o no medicación, la intervención psicológica ayudará bastante así como también grupos de apoyo, el soporte familiar y las actividades que favorezcan el bienestar de la madre y su bebé.

Trastorno bipolar I o II, son caracterizados por cambios en el estado de ánimo que van desde la euforia (manía) o elevado (hipomanía) a la depresión, preocupaciones repentinas y severas en el estado de ánimo. No existen investigaciones exactas que informen sobre la frecuencia con la cual se presentan,  las madres suelen recurrir a tratamiento cuando pierden el control y se sienten deprimidas y en diversas ocasiones se les diagnostica erróneamente por depresión y esto es fatal ya que los antidepresivos pueden convertir a la persona en maníaca.

Para tratar el trastorno bipolar I o II por supuesto debe ser combinado con medicación (el apoyo de un médico psiquiatra) e intervención psicológica lo que permitirá restablecer el estado de ánimo y el control de su vida.

Finalmente hoy en día las investigaciones han demostrado la importancia que es intervenir o prevenir los trastornos del ánimo y de ansiedad perinatales para preservar la salud y el bienestar de la madre, su hijo y por supuesto de toda la familia. La depresión materna ocupó el primer lugar en la lista titulada ¨Cuestiones de salud mental más significativas que dificultan la preparación de los niños para la escuela¨ (Mental Health Policy Panel, Department of Health Services, 2002). Diversas investigaciones arrojan lo negativo que es no tratar la depresión en madres y padres (y otros trastornos prenatales y posparto) ya que el maltrato hacia los hijos es mayor y esto pudiera desencadenar problemas psiquiátricos infantiles como por ejemplo problemas de comportamiento, dificultades cognitivas, desarrollo del lenguaje, desenvolvimiento social, entre otros, recibir una atención adecuada a tiempo garantiza la salud mental de la familia.

Es importante destacar que los niños que se ven expuestos a trastorno de salud mental materna es probable que también corran el riesgo de padecerlo. Estos problemas se pueden prevenir concientizando a la población, diagnosticando a tiempo y llevar a cabo un plan de tratamiento adecuado, de la misma forma capacitando sobre el tema al personal médico ya que esto a parte que afecta a la madre también repercuta sobre los hijos, la familia y por supuesto a la sociedad.

Angy Estévez, M.A.

Psicóloga Perinatal

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