Vengan a mí, los que están cansados y agobiados, y yo los aliviaré. Mateo 11:28
Mi interés en escribir este artículo tiene una razón principal, llevar un mensaje de armonía a las madres y padres que asisto en consulta, durante las capacitaciones y para mis amigas que se han embarazado nuevamente después de perder uno o varios bebés y están sumergidos en el miedo, la ansiedad y que sobre todo me han expresado en diversas ocasiones sus situaciones particulares, los cuales igualmente los manifesté cuando tuve mi experiencia ya que antes de ser psicóloga soy persona y madre también.
Este artículo es desde una mirada integrativa de manera que no solo es una simple propuesta psicológica, tampoco es como forma de expresar ser la más experta en el tema, pues cada día aprendo algo nuevo escuchando a los padres, cuando me refiero a que es un artículo con una visión integral quiero decir que quien lo ha escrito es Angy la hija, la hermana, la madre de dos ángeles en el cielo, la amiga, la que cree fielmente en Dios y que también se ha especializado en psicología de la intervención prenatal y perinatal como forma de complementar una carrera de servicio durante las etapas de concepción, embarazo, parto y posparto, de manera que si tu has vivido una experiencia parecida, toma de estos pensamientos escritos lo que entiendas que favorecerá tu vida.
Que tu gran amor, Señor, nos acompañe, tal como lo esperamos de ti. Salmos 33:22
Hablar sobre el duelo y sus fases es repetir lo que todos conocemos que ocurre con nuestras emociones durante esta etapa, sin embargo, no se trata de etiquetar ni patologizar, tampoco quiero que te encasilles teóricamente en un proceso natural que todos debemos transcurrir como parte de nuestras experiencias que nos causan dolor y nos parecen desagradables como son las pérdidas y mucho más cuando esas experiencias tienen que ver con nuestros hijos quienes han sido tan buscados, anhelados, esperados ……en fin una parte esencial y no circunstancial.
El duelo más bien es único como lo es nuestra propia vida, como lo expresaba Elizabeth Kübler Ross en sus libros, de manera que cada quien tiene una historia que contar expresando como lo vivió y en qué tiempo dejo de sentir dolor y trascendió, hablar de tiempos específicos seria hasta faltarle al respeto a esos padres, el duelo es un viaje, un proceso, un modo de ver la vida de manera distinta que incluye manifestaciones ambivalentes muchas veces difíciles de controlar o sin deseos de hacerlo, sin embargo a mí me ayudó muchísimo asistir a psicoterapia, la lectura, ver películas, hablar con otras madres, profundizar en el tema y hablarlo sobre todo con mi esposo y mis hijos quienes saben que sus hermanos tienen un lugar en nuestro corazón, de modo que ya no los recuerdo con dolor sino con paz y amor.
Una inquietud que invade a las parejas luego de sobrellevar una pérdida tiene que ver con saber cuándo embarazarse nuevamente, ya sea por la presión social, el reloj biológico, su proyecto personal como familia, entre otras situaciones, la verdad es que esto es una decisión muy personal y le corresponde a los padres estar conscientes, conversarlo entre ellos y con su médico de manera que si se sienten listos y capaces de que a pesar del miedo que les invade retomarán la búsqueda o van a acudir a la reproducción asistida, es su decisión, lo que sí puedo añadir es que si hubo un buen acompañamiento en el proceso de duelo a través de la contención y la escucha será muy favorable sobrellevar el nuevo embarazo, y también pienso que el nuevo embarazo es una gran oportunidad para la psicoterapia.
Por otro lado, cuando se cumple el deseo de embarazarse nuevamente, el miedo, la ansiedad y el temor son los nuevos compañeros de la maternidad y es un proceso donde se suelen reactivar los recuerdos del embarazo anterior lo que pudiera impedir vivirlo a plenitud, inclusive durante esta nueva etapa suelen no comunicar el nuevo embarazo hasta transcurrir el primer trimestre acompañado de no comprar nada para el bebé hasta cercana la fecha dar a luz, de la misma manera que se oprimen emociones también.
Pensamientos sobre el recuerdo de la fecha en la cual se produjo la eventualidad (o la fecha en la cual hubiese nacido o tal vez que nació), el tiempo de gestación que tenía, asimismo si este nuevo embarazo hará que olvide a su bebé fallecido, se presentan dudas sobre si utilizar o no la ropita del hermanito, escuchar los latidos del bebé frecuentemente y estar al pendiente mucho más de sus movimientos, realizar comparaciones con el embarazo anterior, no asistir a la misma clínica donde ocurrió el suceso, cambiar de médicos, etc., son algunos de los tantos miedos que se presentan.
Finalmente, todos estos sentimientos de vulnerabilidad, asimismo como las reactivaciones del pasado son importantes para sanar y son habituales, pienso que buscar apoyo emocional, las clases prenatales, hablar con otros padres, la preparación al parto y sobre todo conectar con Dios serán los mejores aliados, recuerda que la pérdida se sana, pero no se olvida.
^Todo lo que pidan en oración, creyendo, lo recibirán. Mateo 21:22^
Con cariño
Angy
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